Comentario
En este mundo marginal y carente de unidad, ajeno a los movimientos del mundo culto de la época, nació, en un momento fatalmente propicio, el movimiento religioso más repentino y expansivo que los siglos recuerdan. El Islam, palabra inventada por su fundador para designar la sumisión o renuncia del creyente a sí mismo ante la voluntad del Dios Unico, es la religión del libro por antonomasia, pues el Corán glorioso, inscrito en la Tabla guardada cuidadosamente (en el cielo) fue dictado en árabe por el arcángel Gabriel al Profeta entre los años 610 y 632, memorizado por éste, recitado a sus seguidores a la manera del kahin, o augur tribal, y compilado finalmente hacia el año 653.Mahoma tomó la mayor parte de su material exterior de formas laterales y semiheréticas del judaísmo y del cristianismo oriental, casi siempre mal entendidas y manipuladas, y así el Islam pudiera haber sido otra de las numerosas sectas cristianas que florecían por doquier en aquella época; no obstante, su insistencia en ser una revelación directa de Allah y su idea de completar y superar el mensaje del Viejo Testamento y el Evangelio, la convirtió en una forma religiosa nueva, moderna, sencilla y fecunda.Mahoma, o Abu-l-Qasim Muhammad ibn Abd Allah, nació en La Meca hacia el año 570, en el seno de una familia importante pero pobre del clan de los Banu Hasim, de la qabila Qurays; su abuelo, Abd al-Muttalib, que era el guardián del pozo sagrado de Zemzem se encargó de él a la temprana muerte de sus padres. Mahoma fue pastor y parece que viajó en las caravanas hasta Siria, donde llegó a tener alguna información sobre el cristianismo, quizá a través de eremitas, quizá esenios. A los veinticinco años se casó con Jadiya, viuda acomodada que le había tomado a su servicio, alcanzando la seguridad económica que no tenía de nacimiento.Cuando tenía treinta y ocho años fue reconstruida la Kaaba, empresa que refleja el ambiente religioso y artístico de La Meca; para la obra se utilizó la madera procedente de un barco naufragado e incluso se encargó a un marinero de éste, de origen abisinio, la dirección de los trabajos, completados con una decoración pictórica entre cuyos temas aparecían Abraham y María con Jesús en el regazo. Hasta después de cumplidos los cuarenta años no inició Mahoma la práctica de retirarse, al modo de los anacoretas sirios, a una cueva del monte Hirat, cercano a La Meca, y fue allí, durante la Laylat al-qadr (Noche del Destino), donde se le apareció en sueños el arcángel Gabriel, que le ordenó leer en nombre de Dios; a raíz de esta experiencia, su familia y enemigos le confirmaron en la idea de su misión trascendente, como profeta nacional de los habitantes de Arabia, capaz de abolir los cultos antiguos pero, como cesaron las visiones durante tres años, cayó en una persistente depresión.Pero llegaron nuevos mensajes, casi siempre en el contexto de ciertos estados psíquicos, y con ellos el mandato de recitar públicamente lo que se le revelase. Al principio no existió conflicto con sus paisanos, pero hacia el año 613 comenzaron a ridiculizar sus novedades y al poco hubo de buscar refugio con su familia y algunos adeptos entre las gentes de su tío Abu Manaf. En aquellos años de dificultades murieron éste y Jadiya, y el Profeta, tras algunos ensayos de emigración, volvió a su ciudad natal donde se casó con otra viuda, iniciando así una serie polígama de nueve esposas.En el año 620 inició los contactos con habitantes de Yatrib, la segunda ciudad del Hiyaz y no pasaría mucho tiempo (24 de septiembre del 622) sin que se produjese la emigración (Hégira, o hiyra inicio de la cronología islámica establecido en el 16 de julio de aquel año) a esta ciudad, pronto rebautizada como Madinat al-Nabi (Ciudad del Profeta). Allí, en pugna constante con la poderosa comunidad judía local, se constituyó la primera Umma o comunidad islámica, que pronto poseyó una cierta expresión arquitectónica, pues, aunque el Profeta consideraba que "la cosa más inútil a la que se pueden dedicar los medios del creyente es a construir", sus decisiones en esta materia inauguraron ciertos aspectos básicos del futuro arte musulmán, pues hizo construir una casa consistente en un recinto cuadrado de tapial, con cobertizos de palma y barro además de unas cabañas de adobe, adosados todos ellos al cercado; en ella residió con su familia y sus seguidores más necesitados, iniciando con ello la práctica de uno de los cinco Pilares del Islam, es decir la zakat o limosna.Otro de estos arkan al-Islam fue la salat u oración ritual, que en tiempos de Mahoma se realizaba en cualquier lugar, pero sobre todo en una explanada suburbana, que se llamó la musalla, cuyo uso como lugar de inicio de expediciones militares fue preponderante hasta que, a imitación de las sinagogas e iglesias, los musulmanes crearon la mezquita, que fue en origen como una porción de la musalla trasladada al interior de la ciudad. Ya en un primer momento Mahoma, como era norma en casi todos los usos religiosos antiguos, instituyó una dirección para la plegaria colectiva, que fue, para atraer a los judíos medineses, la de Jerusalén (al noroeste de Medina), pero pronto, hacia el año 624, ante la contumaz hostilidad de éstos, la cambió hacia La Meca, al Sur. Pasado el tiempo, en cada ámbito de oración la orientación hacia la Kaaba (qibla) quedó inequívocamente asignada por un nicho vacío (mihrab) en el que se ha querido ver, además, el recuerdo de ábsides cristianos o la exedra abovedada considerada como lugar de honor.El ambiente urbano y el incremento de sus adeptos aconsejó a Mahoma, lo mismo que despreció los días sagrados de las otras gentes del libro, adoptando por eliminación el viernes como día de la oración comunitaria, la necesidad de convocarla desde un lugar alto, haciendo a grito pelado la llamada (adan) que contiene la expresión de otro de los pilares, la sahada o profesión de fe en el Islam; así surgió la necesidad de la torre que en castellano llamamos alminar (manar).El monarca y profeta de Medina incrementó su poder a costa de los judíos, que fueron masacrados en cuanto se convenció de la imposibilidad de convencerlos; poco a poco fue consolidando su dominio sobre las poblaciones y territorios vecinos, de forma que el 11 de enero del año 630 ocupó La Meca, tras una serie de lances entre tropas de ambas ciudades. Ante la Kaaba, Mahoma, tras destruir los ídolos y fetiches, proclamó los principios e intenciones básicas de la nueva manera de entender la existencia, pero aun entonces tuvo varios gestos, como el de conservar los frescos cristianos mencionados anteriormente, que explicaban su idea de la superación de las religiones reveladas y, de paso, su voluntad de no cerrarse a la coexistencia con ellas.Desde este momento el dominio islámico se extendió, prácticamente, a toda Arabia, ya fuese mediante conquista o pactos, que incluyeron el envío de misioneros; entre los sometidos se encontraron algunos pequeños Estados cristianos, con quienes el Profeta estableció acuerdos muy tolerantes para todos, incluidos los entes eclesiásticos. En el 632 institucionalizó Mahoma, con su presencia triunfal, la peregrinación ritual a La Meca, que, junto a la celebración del noveno mes del nuevo calendario, aumentaron la cifra de los arkam al-Islam. Pocas semanas después el Profeta enfermó en su casa de Medina, donde murió el 8 de junio del año 632; fue sepultado en la misma habitación. El lugar no se convirtió en santuario hasta el año 657, cuando la capitalidad se trasladó a Kufa.